Emberiza schoeniclus (Linnaeus, 1758) Nombre:

Escribano palustre

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

12163

Mundial. Especie politípica con amplia distribución paleártica desde la península Ibérica (en el límite meridional de su distribución) hasta China (Cramp & Perrins, 1994b). España. Exclusivamente en la Península, donde cría localmente en hábitats adecuados en la mitad NE, al norte de una línea imaginaria entre la desembocadura del río Miño en Pontevedra y el Mar Menor en Murcia.

Está presente como reproductora regular en Galicia, Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Islas Baleares y Comunidad Valenciana. En el resto de comunidades en las que cría podría hacerlo de forma ocasional y, además, en muchas localidades no se reproduce todos los años. En Andalucía parecía extinguida como reproductora desde la década de 1980, aunque en el trabajo de campo del presente atlas se ha vuelto a detectar en época reproductora en un arroyo que desemboca en el Parque Natural de las Marismas del Odiel.

La distribución actual aparentemente es menos amplia que en el pasado (Purroy, 1997), aunque es posible que algunas de las citas aparecidas en el anterior atlas correspondieran a aves en migración tardía. La situación taxonómica de esta población reproductora no se ha estudiado bien en España. Parece bastante claro que existen dos taxones bien definidos que se reproducen en la península Ibérica.

En el NE, la subespecie witherbyi, del grupo sureño de subespecies y que se caracteriza por ser de mayor tamaño y tener un pico grueso (Byers et al., 1995). Por su parte en el NO criaría otra subespecie, probablemente lusitanica, que pertenece al grupo norteño de subespecies más pequeñas y con un pico más fino que la anterior (Steinbacher, 1930; Byers et al., 1995). Los límites de distribución entre las dos subespecies no se conocen con detalle y tampoco se sabe si la subespecie nominal llega a reproducirse en España, aunque es abundante en invernada.

No se han caracterizado en España los humedales en los que cría, aunque sí existe alguna información al respecto. En el delta del Ebro, no se distribuye por todas las zonas húmedas y es más abundante en aquellas lagunas con lámina de agua temporal con carrizal menos desarrollado (Martínez Vilata, 1997-1998). En este humedal el hábitat más utilizado está caracterizado por una gran cobertura en el piso basal dominado por masiega poco o nada inundado, y por una altura de la vegetación inferior a tres metros (Martínez Vilalta et al., 2002).

De hecho, en un estudio llevado a cabo en el sur de Francia (Poulin et al., 2002; B. Poulin, com pers.), su distribución no se correlacionó con diez variables de hábitat con las que sí lo hicieron otras especies de aves típicas de los carrizales. En La Mancha húmeda ocupa zonas con carrizo, pero también junqueras encharcadas, tarayales, masegares y eneales (C. A. Torralvo, com. pers.). En cualquier caso es posible que el entorno próximo a los carrizales sea determinante para su reproducción ya que, por lo general, construye los nidos fuera del carrizo.

En líneas generales, se encuentra asociado a ambientes abiertos, especialmente de naturaleza acuática, como riberas, humedales y embalses con vegetación palustre, junto con cultivos de regadío o inundación. Los ambientes forestales, arbóreos y secos son evitados notablemente. Las máximas probabilidades de encontrar la especie en la península Ibérica en cuadrados de 100 km2 se da en regiones muy diversas que presenten una cobertura de cultivos de inundación superior a 3 km2, o bien con más de 16 km2 de humedales de todo tipo, apareciendo en el 7-8% de las cuadrículas muestreadas de este tipo. La población reproductora presenta, por el contrario, una fuerte selección de hábitat hacia humedales costeros o interiores con amplia cobertura de carrizales combinados con juncales o masegares formando parches irregulares, siendo la probabilidad de presencia independiente del tamaño del humedal (Vera et al., 2011).

En la fachada mediterránea, son las tierras bajas hasta 300 m s.n.m. las que presentan las densidades medias más altas, de 68 ind./km2 (Copete y Bigas en Herrando et al., 2011). En el centro de España, las mayores abundancias invernales se dan en cultivos de regadío y cultivos desarbolados (Atienza en Del Moral et al., 2002), registrándose 4 aves/km2 en campos de regadío de la sierra de Gredos (Sánchez, 1991).

Los carrizales y riberas de ríos también son utilizados durante la invernada (Atienza en Del Moral et al., 2002). En el resto de Europa muestra una selección de hábitat similar, teniendo preferencia por campos de cereales con rastrojos (Wilson et al., 1996; Or?owski, 2005; Atkinson et al., 2006; Gillings et al., 2008), y maximizando su abundancia cuando los herbazales supusieron entre el 11 y 20% de una cuadrícula de 100 km2 (Atkinson et al., 2002; Gillings et al., 2008). En estos ambientes encuentra una gran cantidad de semillas de especies anuales, que suponen la base de su dieta invernal (Or?owski y Czarnecka, 2007).

La persistencia de estos ambientes y de prácticas agrícolas sostenibles resultan clave para su supervivencia invernal, factor determinante de la dinámica de la población nidificante (Peach et al., 1999).

Reproductor: 820-1560 parejas (1997); 239-399 parejas (2003).

La subespecie witherbyi se considera En Peligro (EN). La población de la especie se encuentra muy fragmentada y sus hábitats presentan muchas amenazas. Su declive ha ocurrido al mismo tiempo que las poblaciones de otras especies de aves ligadas a los campos agrícolas que dependen de semillas de plantas arvenses y de insectos para alimentar a sus pollos. Por lo tanto, puede estar motivado por el aumento del uso de insecticidas y herbicidas, la concentración parcelaria, el aumento de la superficie de cultivos en regadío y la mayor mecanización de la agricultura, en resumen un fenómeno de intensificación agrícola, que elimina las especies arvenses en los campos.

Tal vez esta amenaza sea más importante para la subespecie lusitanica que para witherbyi. Además, la destrucción y/o deterioro de los hábitats de reproducción debida a la desecación de zonas húmedas, o el cambio en la gestión de los carrizales, han podido ser causas de la disminución de sus efectivos poblacionales.

Propuestas: Conservación y gestión del hábitat para favorecer la nidificación de la especie en los humedales adecuados. - Control de la caza por pajareros. - Seguimiento de la especie. - Redacción de un Plan de acción nacional.